martes, 30 de julio de 2019

Bogotá en 100 palabras

Formaremos grupos y cada grupo leerá 3 de los relatos. Por favor anunciar cuáles para no repetirlos, hay suficientes microrrelatos para todos los grupos. 

A continuación: 
1. Los grupos comentarán las referencias a la cultura, a la ciudad, a nuestra identidad bogotana y a las tradiciones que encontraron en los relatos que leyeron.

2. Individualmente, redactarán un relato creativo propio que responda todas estas preguntas:

  1. Lugar de nacimiento. Procedencia de mis padres (¿Tengo familia fuera de Bogotá, fuera de Colombia? ); Ocupación de mis padres. 
  2. Actividades que hacía en mi infancia, en vacaciones, que me gustaron o marcaron en cierta medida mi manera de ser. 
  3. ¿Cuáles son mis gustos musicales, literarios, cinematográficos, gastronómicos, de ocio, lugares? ¿Cómo llegué a ellos, por qué me gustan, por qué me acostumbré a ellos? 
  4. ¿Mi familia ha vivido algún suceso histórico, político, social de cerca, tienen mis abuelos o padres historias sobre ese día? 
  5. ¿De qué manera hago catarsis, es decir, desahogo y descargo todas mis emociones de una manera constructiva? 
  6. ¿Qué lugares sueño con visitar, qué planes o deseos tengo para mi vida?
  7. Además de estudiar y el transporte público, ¿Cuál es o cuáles son las actividades que me quitan la mayor parte del tiempo al día? 
  8. ¿Cuáles son las marcas que más consumo (prendas, zapatos, tecnología)?


Gato

Un gato imponente sube y baja por casas de un barrio que se llama La Candelaria, va y
lee libros con Luis Ángel, va y visita a los políticos en la Plaza de Bolívar, va y sube de
piedra en piedra para ver una vista espectacular desde una iglesia que queda en un
cerro, sube una loma con rapidez para ver el chorro de un tal Quevedo, va a escuchar
ópera en una gran casa de Colón. Corriendo, caminando, saltando, buscando otra
aventura se distrajo con una gran torre llamada Bacatá y una inmensa serpiente roja
con ruedas le quita su vida aventurera.
Juan Felipe Peralta Quesada
13 años
Antonio Nariño

Mi padre el vagamundo

Mi padre recorre el mundo, dice mi mamá, y yo cuando estoy con él así lo creo. Mi
padre viaja a la ciudad fundada por Bolívar, es amigo de Juan el Rey, pasa a Egipto y de
paso a las cruces, luego vuelve y pasa a saludar a un presidente gringo que ya murió.
Llega a casa con rostro de cansancio y una gran sonrisa, deja sus libros, un poco
deshojados y viejos, que son, creo, su pasaporte en cada aventura. Mi mamá me dice
que mi padre es un vagamundo, pero mi hermoso padre es profesor provisional del
distrito.
Laura Sofía Rodríguez Lara
12 años
Kennedy


El cantante

Empieza a sonar “Besos usados” de Andrés Cepeda, y Carlos comienza a cantar. Ya no
tiene voz y a duras penas se escucha, la gente pasa de lado sin ponerle atención o
haciéndole mala cara, los pitos de los carros opacan su voz y la polución llena sus
pulmones. Pero él no lo ve así, para Carlos su voz llena la congestionada calle, la mala
cara de los transeúntes son aclamaciones a su canto y los pitos son fuertes
aplausos. Carlos no es ese viejo raro que canta en un semáforo, es un cantante y la
Quince es su escenario.
Luciana Vélez Arango
13 años
Usaquén

Rutina

Cinco de la mañana. ¡Levántese, chino, que se le va a hacer tarde! Con un gran susto
me levanto, subo a la terraza, veo la Torre Colpatria, me quito el sueño a punta de frío,
veo las matas —a ver si la mata de fríjol por fin va a dar cosecha. Desayuno —mogolla
integral con tetero (aguapanela con leche)—, me alisto para bañarme, alisto los
calzoncillos, la toalla que está húmeda (porque se me olvidó subirla a la terraza el día
anterior), me dirijo al baño, me meto al chorro, y escucho las palabras de mi madre:
¡Mierda, mijo, es domingo!
Mario Alejandro Vega Triana
14 años
Usaquén

Pulgas

Una lámpara de queroseno, una máquina de escribir. Dos pares de zapatos de niña y
unas botas para mujer —todos gastados—. Una guitarra acústica dentro de un estuche
de lona descosido en los bordes.
Un frasco vacío de crema para afeitar. El marco para un espejo de tocador estilo Louis
XV. El cuerpo de una lámpara de mesa —sin caperuza—, un monociclo con un solo
pedal. Dos películas: Buscando a Nemo y El bolero de Raquel. Me pregunto si alguna
vez los fragmentos de mi vida también estarán exhibidos en algún lugar del andén.
Liliana Patricia Moreno Acevedo
38 años
Santa Fe

Miguelito el soñador

El pequeño Miguel, de apenas migas de edad, se emociona con sonrisa de perlas
cuando oye a su padre decir que entrar al centro es una aventura que requiere agallas.
Sueña cómo será el mítico tramo que menciona tanto su señor padre, decir que
enfrenta asiduos pícaros y monstruos en corbatín, escalando enormes gusanos
comehombres para volver. Cree que es como un cuento de los que tanto lee, y decide
que quiere vivir la aventura. Alista una vara de cartón como su fiel
arma, y se adentra en las fauces de La Candelaria. Lastimosamente, Miguelito fue
engullido por el dragón.
Juan Sebastián Ariza Rozo
17 años
Fontibón
Bogotano

Nació en La-San-Pedro, hizo mandados en tienda de esquina, fue escondedor de
rejoquemao, yermisero, trepaárboles, tintíncorrecorredor de barrio, bailarín de
fiestaecuadra, pintandenes, prendevoladores y catatamales con chocolate y natilla en
navidades. Estudiante de El-Camilo, montó en trolley y busamarilloyrojo por la
Caracas, fue deportista del Parque Nacional y glotón de Cyrano y La Florida. Fue
noctámbulo rumbero de Nutabes, primeroemayo y zonarrosa, sibarita de Candelaria,
Macarena y El Chorro, ambientalista de La Conejera y devoto católico de
nuevedomingos-en-el-Veinte. Trabaja en el centro, se transporta en transmi,
almuerza en El Camarín y hace septimazo. Es bogotano, posiblemente el último.
Leonardo Sánchez Acuña
40 años
Kennedy

Olvido

Hay un pedazo de la ciudad que es otro piso térmico. Al sur, donde no suben los taxis,
donde el domingo se va al mercado, donde resisten las fincas, las papas y las flores.
Acá el tiempo no corre sino que camina, y la gente, que es mixtura de culturas, parece
detenida en una época pasada. Nosotros, que hemos visto crecer las flores del páramo,
sabemos que el tiempo no se puede medir en tic tacs. Desde estas montañas que
alguien llamó periferias, descubrimos que abajo, en la caliente tierra del afán, la gente
nos olvida porque envejece más rápido.
Carmen Lorena Pineda Niño
24 años
Los Mártires

La Cariñosa

Soy el capitán de una nave sin tripulantes, el pirata de una zorra fabricada con pedazos
de madera mohosa; por velas, unas sábanas sucias que también utilizo para dormir, y
dos ruedas hurtadas a un renault 9. Voy por la Caracas empujándola, así que también
soy su caballo. Navego por calles como la Trece y la Séptima; peligrosas y no tan
peligrosas. Peleo con otros capitanes de zorras navegantes como La Juiciosa, La Piroba
y Coche Fino. Ataco con mi puñal que utilizo como espada, voleando cobija de escudo,
pescando tiburones de cartón, ballenas de lata, mantarrayas de vidrio.
David Felipe Pérez Guzmán
16 años
Engativá

Mamá colegiala

A mis tres años, metida en mi abrigo rosa y coronada con mi boina, miraba hacia
arriba y veía en los ojos húmedos de mi madre la emoción que le producía sostener en
sus manos su diploma de bachiller. Hoy, ocho años después, sentada en la baranda a
orillas del patio de recreo, observo varias chicas con su uniforme de colegio. Caminan
parsimoniosamente, ostentan una gran barriga. ¡Y pensar que hace once años era yo
quien me gestaba detrás de un uniforme de colegiala!
Pamplona Úsgame
11 años
Kennedy

Zoomtecno

Liz caminaba por los pasillos de Centro Mayor. A su alrededor todas las personas se
comportaban como si estuvieran hipnotizadas, o dominadas por algo. Caminaban
mirando sus pantallas de celular. De repente, Liz giró su rostro y en una vitrina vio un
televisor que anunciaba una noticia de última hora: ¡Zoomtecno! El virus que genera
dependencia a los aparatos móviles. En ese momento algo vibró en su bolsillo. Había
recibido un mensaje en su celular. Dudó un momento qué hacer. Luego desbloqueó su
pantalla. Allí leyó un mensaje que decía: “¡Bienvenida a Zoomtecno!”.
Andrea Jara López
14 años
Ciudad Bolívar

Resonancia

Zona T, carrera Séptima, luego carrera Tercera, paramos en un mirador hacia La
Calera, nos ubicamos uno junto al otro mirando hacia la gran inmensidad de aquella
ciudad de fondo. Me siento a contemplarlo todo, mi vista nublada por nuestro aliento
aterido, volteo a mirar hacia él, su serenidad. Mi mirada atrae la suya, se cruzan como
si nunca lo hubiesen hecho, sus labios rozan los míos, aquella parte de mi cuerpo
es la más sensible, la que me conecta con él. Y sin darnos cuenta, nos habíamos
exhibido ante toda aquella ciudad para que juzgasen nuestros pecados.
Julián David Ríos Bravo
16 años
Engativá
Folclor

Lucidez de Borges fue poner la ausencia total de camellos como prueba irrefutable de
que el Corán es genuinamente árabe. Si alguien extranjero lo hubiera escrito, lo
plagaría de aquellos animales: el estereotipo del desierto que para quienes lo viven es
tan habitual que no necesitan usarlo. Pues bien, esta historia sobre Bogotá no incluye
transmilenios, ni monserrates, ni climas fríos. Solo tiene una pequeña ventana que
parece flotar en el cielo: un edificio se pierde en la noche y de ella brota un cuadrado
de luz amarilla en el que tres siluetas señalan a la ciudad, hablan, se miran.
Tatiana Arias Ortiz
17 años
Suba

Nostalgia de bolsillo

Al morir, Vicente Mendivelso, telegrafista experto y empleado vitalicio de Telecom,
llevaba en su bolsillo un cuadernito blanco en el que copiaba y coleccionaba sus
telegramas preferidos: Bogotá, 1955, Rehúsome seguir viviendo Candelaria. Cristina
oye voces. Fantasmas, parece. Mucho miedo. Vuelva o nos vamos. Usted verá. Bogotá,
1962, Domingo visitamos laguna Guatavita. Laura perdió medallita de oro Milagrosa.
Algo la jaló bajo el agua, insiste. Bogotá, 1968, Parto Lucía adelantado. Doctor Urralde
en fiesta Hotel Tequendama, afortunadamente. 6 libras. Sano. Rosadito. Mateo. Susana
Mendivelso, conmovida, guardó este como epitafio para su marido: Bogotá, 1969,
Llueve demasiado. Me haces falta.
María del Mar Escobedo Remolina
27 años
Usaquén

A Rosa E.

Al principio, es encantador, atento, te hace sentir como el centro del universo, luego
un día te pide que no uses minifaldas, al otro te hace visitas inesperadas al trabajo, te
recoge en su moto, al siguiente te levanta la voz, y con el tiempo te das cuenta de que
estás bajando una escalera que se dirige poco a poco a un sótano oscuro, sin embargo
sigues bajando, y ahí es cuando lanza el primer golpe y luego el segundo y el tercero,
hasta que la luz se apaga, convirtiéndose en una rosa que florece en el Parque
Nacional.
Sofía Suárez Piñeros
16 años
Antonio Nariño


5 comentarios:

  1. Integrantes: María Fernanda López- Tatiana Caballero.
    Relatos: Mamá colegiala- Resonancia.
    El primer relato hace referencia a los embarazos a temprana edad que por una época fueron aumentando en la ciudad de bogotá , propagándose en los colegios y universidades. También podemos identificar a aquellas madres que a pesar de haber quedado en embarazo buscan continuar con sus estudios para lograr darle una mejor vida a sus hijos.
    Por otra parte, encontramos en el segundo relato nos encontramos con tres lugares característicos de la ciudad de bogotá los cuales son usualmente visitados por parejas, la zona T de Bogotá en la cual encontramos gran cantidad de bares, discotecas y restaurantes, la carrera séptima en la cual podemos encontrar gran variedad de artistas y artesanos por las calles y el mirador de La Calera desde donde podemos observar la ciudad de bogotá.

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  2. Bina: Karen Benavides - Wendy Mosquera
    Relatos: Bogotano y olvido

    En las líneas del relato Bogotano, se puede apreciar a una ciudad de contrastes y temperamento dual, mezcla de lo rural y lo urbano, de lo ancestral y contemporáneo. Un territorio que basa su esencia en la integración de dinámicas que van de la mano de la globalización, de propuestas que se destacan por su arraigo en la tradición o que fusionan con gracia lo moderno y originario. Además la cultura capitalina está formada a partir de la herencia de los pueblos indígenas presentes en el territorio desde tiempos ancestrales, las tradiciones españolas adoptadas durante la época colonial y las costumbres africanas incorporadas por los esclavos que llevaron los conquistadores. Esta mezcla de culturas constituye una sociedad con rasgos comunes y únicos al resto de ciudades latinoamericanas, pero, a la vez, muy diferentes también, haciendo posible la imagen de una Bogotá para conocer y adentrarse en el día a día a sus entrañas.
    Por otro lado, el texto del olvido nos permite imaginar como la ciudad tiene olvidada la parte rural, lo que esta fuera de ella que le brinda los diferentes alimentos que se consumen a diario, solo por el estrés permanente que tiene la urbanidad, esto hace que las personas no se den cuenta que existen esos lugares que están permeados de calurosas actitudes que por olvidados que estén de ellos siempre serán recibidos de la mejor manera. Las calurosas mañanas del otro lado de las montañas hace que la vida no sea distinta, pero si se vea de maneras diferentes como EL TIEMPO NO ES LA BASE DE TODO solo puede llegar hacer una parte de la vida.

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  3. Integrantes: Tania Bautista –Camila Pérez

    RUTINA:
    Todos tenemos rutinas para levantarnos temprano para cumplir cierto objetivo: por bien o por mal que nos salgan las cosas tenemos que hacerlo con la mejor energía a veces nos levantamos con mucho susto, porque no sabemos que nos depara la vida, me entro a bañar cuando ya estoy a punto de salir del baño me coloco mis calzones, tomo la toalla sé que esta húmeda porque se me olvida subirla a la terraza el día anterior , cada mañana me da mucho frio ya que es el que recorre por mi piel ,me preparo el desayuno una buena mogolla integral para cuidar de mi cuerpo y una excelente agua panela acompañada de leche :cuando recuerdo que algo me dice que es domingo ya cuando estoy a punto de salir de la casa
    LA CARIÑOSA
    Es un relato que hace alusión a un habitante de la calle, en el cual da un pequeño resumen sobre cómo es su vida, caminando por calles peligrosas pero que para el ya son familiares, seguramente es una persona que muchas veces no ha sido escuchado y hace ver parte de su vida de una manera menos cruda a lo que él se está sometido diariamente ,quizá no querrá que nosotros como lectores no pensemos lo que realmente le sucede crudamente en nuestra misma ciudad Bogotá, donde muchas veces solo pensamos en nuestro propio bien y no en el prójimo..

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  4. Grupo: Paula Alejandra Ramos - Valentina Aguillón Neusa
    Relatos: El cantante y Pulgas
    Los dos relatos nos remiten a pensar en el trabajo ambulante, el primero nos habla de una persona de la tercera edad de sexo masculino, que trabaja como artista callejero en la calle 15 de Bogotá, y se llama Carlos, el es visto por los demás transeúntes como un estorbo que no amerita atención. Por otro lado tenemos un mercado callejero, donde se venden objetos de épocas diferentes expuestos en un anden a vista de cualquier tipo de público. Esto nos lleva a pensar en como objetos que llegaron a marcar la vida de una persona terminaron perdiendo el significado emocional para convertirse en simples artículos de venta expuestos en una de las calles capitalinas por unos cuantos pesos, que tal vez no son el valor real y como un artista que puede que tenga más talento que alguno de los que está en la "cima" puede no ser escuchado, que aunque sea nuestra canción favorita la que está sonando vamos a preferir ponernos los audífonos y conectarnos al celular. Además, los dos relatos nos muestran una Bogotá de afán, esa que mira pero no ve nada, que no tiene lecturas profundas, ni escucha con claridad...Esa Bogota a la que con el pasar de los años le perdemos el significado cultural, social, costumbrista, le perdemos la ESENCIA.

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  5. Allyson Bejarano - Paula Guzman
    Relatos: gato - miguelito el soñador
    GATO
    Al leerlo automáticamente nos transporta al centro de Bogotá, en especifico al barrio la candelaria, donde encontramos esos lugares turísticos y característicos de allí como lo son la biblioteca Luis Ángel Arango, la plaza de Bolívar donde queda ubicado el palacio de justicia, el capitolio nacional y el palacio lievano sede de la alcaldía mayor de Bogota; también nos recuerda el cerro de moncerrate, el chorro de Quevedo, el centro cultural de la casa de Colon y el edificio mas alto de bogota llamado bacata. por otro lado el relato nos habla de un gato bastante imponente que sube y baja por donde quiera, lo relaciono bastante con los Bogotanos ya que de alguna u otra manera hacemos lo que queremos y tenemos esa curiosidad muy despierta pero que aveces nos lleva a cometer errores como le sucedió al gato, el cual por andar corriendo y saltando fue atropellado por un gusano rojo que invade nuestras carreteras, el transmilenio.

    MIGUELITO EL SOÑADOR
    En esta historia hablan también del centro de Bogotá y la dan a conocer como un lugar lleno de peligros que es solo para los valientes, refiriéndose a la inseguridad del centro de Bogota, donde habitan gran cantidad de habitantes de calle y consumidores de drogas. Allí nos sitúan en una realidad muy fantasiosa, la parte de los monstruos con corbatín me remite a los políticos corruptos que tratan de mantenernos con miedo y no nos permiten tener una vida digna.
    Miguelito y gato tienen mucho en común pues son aventureros y les agrada andar y fantasear por el centro de Bogota, esquivando las dificultades y peligros del mismo.

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